sábado, 10 de noviembre de 2012

Altanería (Cetrería IV)

Hola de nuevo

El post de hoy es un poco triste (para mi) porque supone el final del curso de cetrería al que me apunté con Estela. Han sido cuatro sábados fantásticos en los que hemos soportado de todo: lluvia, sol y viento, pero siempre con la ilusión de recibir en el puño a cualquiera de las preciosas rapaces de Paco. Del que por cierto sólo tengo buenas palabras: gran cetrero y mejor persona, siempre dispuesto a charlar, aconsejar y ayudar. Muchas gracias maestro!

En fin, después de este puntito nostálgico, vamos con el último tipo de rapaces que manejamos en el curso: los halcones. En cetrería, los halcones suelen volarse por altanería, que es el modo más similar a como lo hacen en la naturaleza. Es decir, el halcón asciende hasta situarse a gran altura y cuando la presa levanta el vuelo, la rapaz desciende en picado para capturarla. No obstante algunas especies de halcones también se utilizan para la caza mano por mano, en la que el ave persigue a la presa saltando desde el puño del cetrero (al igual que en la modalidad de bajo vuelo).

Entre los halcones más empleados en cetrería, que hemos tenido la oportunidad de manejar en el curso, aparecen el halcón peregrino, el halcón de sacre, el halcón lanario y los híbridos, aunque hay muchas más especies.

Comenzamos con el halcón peregrino (Falco peregrinus), el representante clásico de la familia de las falcónidas, un auténtico proyectil viviente; no en vano es la criatura más rápida del planeta, pudiendo sobrepasar holgadamente los 300 km/h en sus vertiginosos picados. Hemos tenido la suerte de observar a Fiona en acción (la prima de peregrino de Paco) y es simplemente asombrosa. Eso sí, nos hizo pegarnos una buena carrera cuando se trabó en el aire con un peregrino salvaje y pasamos casi una hora subiendo y bajando cerros embarrados hasta que conseguimos recuperarla.

Fiona, recuperando fuerzas tras la escaramuza

Otra especie que me ha dejado realmente alucinado es el halcón de sacre (Falco cherrug), que pese a su aspecto rústico y menos elegante que el peregrino, presenta una resistencia en vuelo fuera de lo común. Cuando estuvimos haciendo pasadas al señuelo (ejercicio de entrenamiento para los halcones), la mayoría de aves hacían ocho o diez pasadas, pero nuestro amigo Caifas (el torzuelo de sacre de Paco) aguantó ¡más de cincuenta! Os dejo un vídeo de mis primeras pasadas al señuelo (se que parece fácil pero las primeras veces resulta bastante complicado coordinar el giro del señuelo con el movimiento del halcón).

 Caifas posando para la ocasión

 Paco y Caifas, tras una pasada al señuelo

Estela y Caifas en acción

Mis primeras pasadas de señuelo

También volamos un torzulo de halcón lanario o borní (Falco biarmicus), de menor tamaño que el sacre y el peregrino, pero con una gran punta de velocidad en las salidas. Este torzuelo en concreto tenía uno de los plumajes más bonitos de cuantas aves hemos manejado.

Torzuelo de lanario aferrado a su premio 

Una preciosidad en las formas y el plumaje

Ah, y antes de acabar, una fotos que desmiente que esto de la cetrería es algo rústico jejeje. Ya os presenté en otro post anterior a Gala, una impresionante prima híbrido de halcón sacre y halcón gerifalte. Pues bien, Julio (su cetrero) ha decidido llevar su pájara a la última moda con esta caperuza de fantasía.

Y yo caí enamorado de la moda juvenil...

Bueno, pues poco más, sólo repetir que ha sido un auténtico gustazo haber tenido la oportunidad de iniciarme en este increíble mundo que es el arte de la cetrería, y que espero que en el futuro (con pájaro propio) nos sigamos viendo y disfrutando de las aves.

Curso de cetrería (Octubre 2012)

Salu2 desde las avutardas!!!

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