Bueno, bueno, seguro que mis escasos lectores (soy consciente de que no todos los seguidores resultan ser luego lectores) empezaban a preguntarse si no habría abandonado por segunda vez el blog. Evidentemente no, pero el caso es que llevo varias semanas empezando a introducirme en un nuevo (para mi) y fascinante mundo: la cetrería.
Todos sabemos (o creemos saber, porque realmente no tenemos ni pajolera idea) lo que es la cetrería. En ocasiones hemos visto alguna rapaz adiestrada, en el cine o la televisión; los más afortunados incluso han asistido a una exhibición de rapaces en alguna feria. Pero amigos, la sensación de recibir a un ave de presa en tu brazo, observando privilegiadamente la perfección de su vuelo al acercarse a ti, es algo maravilloso e indescriptible. Recapitulamos.
Obviamente, por trabajo y afición, siento una fascinación por las aves salvajes, especialmente por las rapaces. Muchas veces (algunas ya os las he contado y otras no) me he quedado observando a los halcones peregrinos volando en torno a su cantil, o a los cernícalos capturando langostas y libélulas en los campos; ya contamos aquí la majestuosidad del águila real. Pero estas observaciones, pese a ser preciosas, tenían un "defecto": nunca puede acercarse uno en exceso al animal, observar de cerca el brillo de sus plumas, la fuerza de sus garras o la inteligencia de sus ojos. Así que de ahí a empezar a indagar sobre la cetrería había un paso.
Arte milenario
Conste que soy todavía un auténtico profano en este tema, y no es mi intención convertir este blog en un tratado técnico sobre este arte. Simplemente quiero compartir lo que poco a poco voy aprendiendo de este alucinante mundo. Para empezar en él, como en tantos otros, lo mejor es siempre empezar a leer. He devorado ya unos cuantos libros (El arte de la cetrería, del maestro Félix Rodríguez de la Fuente es sencillamente una obra maestra) y espero seguir con un puñado más. El siguiente paso: apuntarme a un curso de iniciación a la cetrería (a esto también se ha apuntado Estela, que le encantan los bichos). Así que ahora los sábados nos vamos a María de Huerva, donde el maestro cetrero Francisco Rodríguez (Paco) nos va introduciendo y familiarizando con los entresijos de este arte. También quedamos de vez en cuando con un compañero del curso (Diego) y con su preciosa prima de aguililla de Harris (en cetrería se llama prima a la hembra y torzuelo al macho) que se llama Diana.
Diana, una pájara estupenda
En fin, que poco a poco os iré contando los progresos (que espero culminen con mi propio pájaro), sin descuidar también los distintos encuentros que tenga por el campo.
Salu2 desde las avutardas!!
Buenas, si al final terminas metiendote de lleno en el tema, preparate para llevar al bicho al gramo, en fin que te voy a decir que no sepas.
ResponderEliminarEste año me dijerón que Miguel de mi pueblo se quería desprender de algún peregrino, por falta de tiempo.
Aunque parece que ya te has decidido por el ave en cuestión.
Saludos y suerte.
Hola Alfredo
EliminarPues últimamente estoy dudando entre el Harris (por la facilidad para el principiante) y el halcón de sacre (el otro día volé uno y me dejó impresionado por su resistencia y tenacidad). Los peregrinos los dejo para más adelante (requieren más dedicación). De todos maneras gracias por el dato