Después de unos días de parón, retomamos nuestras historietas, aunque esta vez vamos a dejar un poco de lado las aves (aunque nunca del todo) para conocer un nuevo destino: Urdos.
Este pueblecito francés situado en el valle de Aspe ha sido el destino (y van ya unas cuantas veces) de mis deseadas y cortas vacaciones :-) A escasas dos horas en coche de Zaragoza (es el primer pueblo una vez pasado el túnel de Somport) es un lugar paradisiaco por su impresionante paisaje, tranquilidad y estupenda gastronomía.
El entorno ofrece un montón de paseos y excursiones de todo tipo de dificultad, desde el Camino de la Madera (una antigua senda de leñadores) hasta un tramo del camino de Santiago, pasando por nuestra ya clásica subida a las antenas, que ofrece una vista preciosa del valle de Aspe.
Vista de Urdos y el valle de Aspe desde el alto de las antenas
A lo largo de estas andadas comprobamos la gran diferencia entre la cara norte de los Pirineos y nuestra vertiente española. Los omnipresentes pinares del lado sur se ven sustituidos por impresionantes bosques de robles, hayas y castaños con densos sotobosques de boj y acebo, que forman un frondoso dosel.
En el fondo del valle, los abedules y avellanos flanquean las orillas del río Aspe ofreciendo rincones sombreados y tranquilos.
La fauna que podemos encontrar en la zona es muy variada. Entre los mamíferos aparecen los corzos, zorros, ardillas, tejones, garduñas y un amplio etcétera. Dentro de las aves cabe destacar las grandes rapaces rupícolas como el buitre leonado, el alimoche y el águila real; en las laderas y fondos del valle encontramos en abundancia al milano real, y en los densos bosques passeriformes muy variados como petirrojos, arrendajos, carboneros, etc.
Nido de petirrojo construido entre la maleza de la ladera
En los reptiles la variedad es también muy amplia: luciones, lagartijas, lagartos verdes (tenemos una simpática familia viviendo en el jardín de casa), culebras verdiamarillas y culebras lisas europeas completan un rico bestiario.
Lagarto verde (Lacerta viridis) en el murete del jardín de casa
En fin, un lugar al que nunca me canso de ir y que os recomiendo.
Salu2 desde las avutardas!!!
P.S. Para comer en Urdos sólo hay un sitio el Hotel des Voayagers, pero merece la pena. Que magret de pato!!!
Pues también hay viboras, y bien grandes.
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