martes, 31 de mayo de 2011

Encuentros inesperados

Hola de nuevo
Hoy que tengo algo de tiempo voy a incluir más cosillas de los últimos días.
La semana pasada, pululando como siempre de un lado a otro, tuve un par de encuentros sorprendentes. Lo de sorprendentes lo digo porque el primero fue algo realmente difícil de ver, pero el segundo porque si te pasa conduciendo a las 6,30 de la mañana te das un buen susto. Vayamos por partes...

El miércoles tenía que revisar una línea eléctrica en Tauste, y por allí andaba con un sol de justicia (ya me he cogido un fantástico moreno de obra) cuando decidí acercarme a una balsa muy cerca de la línea donde siempre suele haber aves. Esperaba encontrarme con una pareja de alcaravanes que ya me había cruzado otras veces y no quedé decepcionado. Atisbé al primero correteando entre los matorrales y, cuando fui a acercarme, un segundo ejemplar levantó el vuelo a escasos 4 metros de mí. Mosqueado (el alcaraván suele mantener una distancia de seguridad bastante grande) empecé a rastrear la zona con la esperanza de encontrar el nido, pero fue mejor que eso. Entre las ramas de un pequeño tamariz ví un extraño trozo de corteza; mi sorpresa fue que al acercarme y apartar la maleza descubrí un pollo de alcaraván, todavía de plumón.

Mimetismo increíble

Pese a lo cerca que estaba y a que estuve un rato sacándole fotos, no se movió ni un milímetro y cualquiera diría que estaba muerto de no ser por un levísimo subir y bajar del pecho al respirar. Más majo...

La segunda sopresa me la llevé el viernes, aunque con susto incluido. Tenía que hacer unas mediciones de ruido en un par de parques eólicos y decidí salir temprano. A las 6,30 subía por un tramo con muchas curvas de la carretera a Pozuelo de Aragón cuando, al doblar una curva, tuve que clavar frenos al cruzar tres formas la carretera. Después de volver a meterme el corazón por la boca (menos mal que a esas horas por alli no pasa nadie) y parar el coche en una pequeña explanada junto al arcén, me abalancé sobre la cámara para intentar pillar a los tres corzos (dos hembras y un macho) que casi me provocan un infarto.


La foto no es muy buena pero a esas horas y con esa luz...
Salu2 desde las avutardas

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